ROMANOS 8.9: "Mas vosotros no vivís según la carne, si no según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tienen el espíritu de Cristo, no es de él"
Cuando alguna persona anda haciendo las cosas del mundo es porque no conoce el amor de Dios y es muy claro que esa persona anda en la mente carnal, cuando las personas aceptan a Cristo como su único salvador personal, sencillo, tenemos una mente espiritual, peri hay una dura realidad, a los cristianos a veces se nos mente la mente carnal. ¿Cómo podemos conocer cuando andamos en la mente carnal? Hacemos las cosas a nuestra manera sin sujetarnos a la voluntad de Dios, creemos que nosotros tenemos lo que tenemos porque somos inteligentes o estudiados y dejamos que ese orgullo consuma el amor hacia Dios, porque cuando lo tenemos todo nos olvidamos de Dios y nos hacemos esclavos del mundo, porque aparentemente el mundo ofrece muchas osas buenas, pero son pasajeras, pero él amor de Dios permanece para siempre y existen muchas cosas más que nos identifican la mente carnal, ero cuesta aceptarlo y eso nos afecta mucho nuestra vida espiritual, porque como ya lo dijimos nos separa del amor de Dios, porque ya no sentimos depender de Dios, ya no oramos, ni ayunamos y lo peor que ni nos congregamos. ¡¡¡ Cuidado con esos síntomas!!!! No caigamos en las garras del enemigo porque Satanás nos utiliza si nosotros le permitimos y porque nos descuidamos de las cosas de Dios, nuestra forma de ser afecta a los que están a nuestro alrededor. ¿Cómo? Pues a veces vamos a los cultos no para buscar la presencia de Dios si no para juzgar a los hermanos, como van vestidos, si oran o no oran, y eso distrae a los que verdaderamente van a alabar a Dios, Con nuestro mal testimonio ermitimos que hablen mal de Dios porque le restamos poder a Dios porque lops que no lo conocen no ven nuestro cambio y como queremos que ellos se conviertan a Cristo???.
Como verdaderos hijos de Dios no dejemos que el enemigo nos gane la batalla, luchemos de la mano de Dios porque El es nuestro escudo, y si no nos soltamos de su mano poderosa, Él nos guiara a una vida eterna, donde habrá gozo y no aflicciones
Por: Carlos Urbina
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